La inseguridad alimentaria podría afectar la salud mental de los adultos mayores

La seguridad alimentaria según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), es ¨a nivel de individuo, hogar, nación y global, se consigue cuando todas las personas, en todo momento, tienen acceso físico y económico a suficiente alimento, seguro y nutritivo, para satisfacer sus necesidades alimenticias y sus preferencias, con el objeto de llevar una vida activa y sana”.

Existen diferentes elementos que garantizan la seguridad alimentaria y nutricional.

  • Disponibilidad de alimentos a nivel local o nacional.
  • Estabilidad hace referencia a tener control en los procesos cíclicos de los cultivos, así como contar con silos y almacenes para contingencias en épocas de déficit alimenticio.
  • Acceso y Control de los medios de producción como la tierra, agua, insumos, tecnología, conocimiento y a los alimentos disponibles en el mercado.
  • Consumo y utilización biológica, existencia, inocuidad de los alimentos, dignidad y condiciones higiénicas, así como la distribución equitativa de estos dentro de los hogares.

Se dice que una persona padece inseguridad alimentaria cuando no cuenta con un acceso regular a suficientes alimentos inocuos y/o nutritivos para tener un crecimiento y desarrollo normal y para llevar una vida activa y saludable. La presencia de inseguridad alimentaria también puede deberse a la falta de disponibilidad de alimentos y/o a la falta de accesibilidad para adquirirlos.

La inseguridad alimentaria se considera un determinante social de gran importancia para la salud muy independiente de otros factores socioeconómicos. Se ha demostrado que la inseguridad alimentaria se asocia con diversas afectaciones a la salud en la edad adulta, entre las que se incluyen hipertensión, diabetes y enfermedades cardiovasculares.

Distintos estudios han evidenciado que los adultos mayores que padecen distintas enfermedades crónicas presentan un riesgo mayor de inseguridad alimentaria, lo que a su vez podría ser un predictor de un mal manejo de la enfermedad debido a la falta de adherencia a los medicamentos relacionados con los costos, lo que conlleva a un incremento en los costos de atención médica a lo largo del tiempo.

Sin embargo, la inseguridad alimentaria no solo afecta la salud física, sino que también se relaciona con afectaciones de la función cognitiva y la salud mental. Del mismo modo, el envejecimiento constituye un factor de riesgo para el deterioro cognitivo y la salud mental, lo que puede agravarse con la presencia de inseguridad alimentaria y deficiencias nutricionales o el aumento del estrés psicológico.

Las capacidades cognitivas que se han asociado con la inseguridad alimentaria son la velocidad de procesamiento, la atención sostenida, la fluidez verbal, la memoria de trabajo y la capacidad de aprendizaje inmediato, estos procesos se relacionan con la función ejecutiva.

Los mecanismos que se han sugerido como vínculo entre la inseguridad alimentaria y la función cognitiva incluyen una ingesta dietética inadecuada y un mayor estrés psicológico. Los adultos con inseguridad alimentaria tienen una menor ingesta de los grupos de alimentos más importantes como frutas y/o verduras, nutrientes clave y por lo tanto, una dieta de menor calidad en comparación con los adultos que si cuentan con seguridad alimentaria. Como se sabe consumir una dieta saludable es un factor importante para mantener la integridad de la salud cognitiva en la vejez.

Un segundo mecanismo propuesto es el que desempeña el estrés y la carga alostática (capacidad para recuperarse de un evento estresante). La inseguridad alimentaria es una experiencia sustancialmente estresante que se puede asociar con una afectación a la salud mental. La inseguridad alimentaria se ha relacionado con una desregulación del sistema de carga alostática. Esta desregulación repetida de los diversos sistemas del cuerpo genera cambios cerebrales que ocasionan una disminución de la capacidad de cada persona para responder al estrés psicológico, lo que conduce a un deterioro cognitivo.

Las asociaciones entre la inseguridad alimentaria y la función cognitiva se han observado en personas de la tercera edad sin importar el nivel de educación y los ingresos, lo que sugiere que la inseguridad alimentaria es otro determinante social que puede contribuir al deterioro cognitivo en los adultos mayores.

Equipo de investigación y editorial iNat México.  

Referencias

Fideicomiso de Riesgo Compartido. (2018, 5 enero). Seguridad Alimentaria y Nutricional. Gobierno de México.

Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura. (2020). Hambre e inseguridad alimentaria. Food and Agriculture Organization of the United Nations.

Portela-Parra, E. T., & Leung, C. W. (2019). Food Insecurity Is Associated with Lower Cognitive Functioning in a National Sample of Older Adults. The Journal of nutrition, 149(10), 1812–1817. 

 

Comments are closed.